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Los lugares también se sienten solos 

Juan Andrés Fernández Villa / jandres.fernandez@udea.edu.co

11 de marzo de 2025

Al rededor de los lugares que habitamos suele haber sitios que evocan una sensación de soledad. Algunos porque son poco concurridos, otros por la carga emocional que tienen. Este análisis busca profundizar y retratar la idea de que hay lugares que nos evocan esa sensación. 

Grabación y edición: Juan Andrés Fernández Villa.

Todo lugar que habitamos o por el que transitamos está cargado de cierta emocionalidad que, muchas veces, es difícil de aterrizar en palabras concretas o, inclusive, en emociones específicas. Sin embargo, hay lugares que causan una sensación de soledad más allá de la soledad física. El filósofo francés Gastón Bachelard, en su libro La poética del espacio, plantea una discusión muy interesante al respecto: los lugares que se habitan o por los que se va de paso funcionan como catalizadores de las emociones que se sienten o han sentido en lugares similares. 

Bachelard plantea que los lugares no están construidos solamente por el espacio físico, sino también por el espacio vivido. El espacio vivido es el que está impregnado de emociones, recuerdos y experiencias. Además, plantea que los lugares se habitan tanto con la mente como con el cuerpo, o sea que cada experiencia en algún lugar puede llegar a dejar una huella emocional. 

Yi-Fu Tuan, geógrafo chino, profundizó en esta conexión que se forma con los lugares, a la que llamó topofilia. Tuan planteó que no solamente se habitan los lugares, sino que se sienten, pues los lugares se enlazan con la memoria y la identidad, tanto individuales como colectivas, y las emociones también se empapan del contexto social. Así que la soledad que siente en estos lugares vas más allá de la simple sensación de soledad física individual y se deriva de la emocionalidad de la que dotamos a los lugares. 

Caminando la ciudad (y sus alrededores), pasé por varios lugares que me generaban la sensación de soledad. Los grabé y ahora quiero mostrar que la soledad que se ve en el video va más allá de la soledad física. 

Cementerio Museo San Pedro 

Uno de los lugares que se sienten llenos de este significado es el Cementerio Museo San Pedro. Los cementerios, per se, se encuentran profundamente cargados de las emociones que rodean a la muerte. Sin embargo, más allá de esto y de su infraestructura, el Cementerio San Pedro muestra lo que es un espacio vivido que entra en la memoria colectiva de las personas que lo visitan: las familias que presentan respeto a sus difuntos, quienes van de visita para conocer los puntos ligados al museo, todas estas personas habitan este lugar porque tienen impregnada en sí mismas una huella emocional que está directamente ligada a la muerte, o al menos al morbo que esta genera. 

Aquí el concepto de topofilia toma un lugar clave, ya que a los cementerios se sienten como lugares solitarios, como si la compañía de las demás personas que habitan el lugar fuera solo física, no emocional. Esa soledad trasciende el hecho de que el lugar físico del cementerio se encuentre vacío; aunque haya más personas cerca, el cementerio como espacio vivido se siente solitario. Las personas se sienten solas por su dolor, por su luto, porque es donde pueden sentirse afligidas sin necesidad de tener a alguien que entienda su dolor. 

Barrio Santa Fe 

En La poética del espacio, Bachelard también plantea que los lugares no son estáticos, que se transforman y cambian su emocionalidad dependiendo de quiénes los habiten y cómo los habiten. Es aquí donde las calles llegan a ser un lugar muy solitario. Habitar una calle, al menos para un transeúnte, no representa una interacción muy significativa. Aunque esto no quiere decir que esté libre de la carga emocional que puede tener cualquier otro lugar. 

Las experiencias que se suelen tener mientras uno pasa por alguna zona industrial son estresantes. Estar rodeado de gritos, de ruido, de personas caminando rápido, de caos, etc. De noche, si bien cambia por lo poco habitado que suelen estar este tipo de lugares industriales, no deja de ser estresante. En el Barrio Santa Fe, ubicado cerca de la estación Industriales del metro, se siente miedo de noche; se suele caminar más rápido y es menos común tener personas alrededor. Todo esto genera una sensación de soledad en quien pasa por aquellos lugares cuando se hace oscuro. 

Esa soledad que se siente en una zona industrial de noche puede llegar a estar ligada al miedo, pues los lugares son escenarios que reflejan las experiencias que las personas o su entorno han tenido. El miedo que produce pasar por estos lugares en la noche se debe a las experiencias que las personas han tenido en entornos similares: los padres advirtiendo tener cuidado al pasar por ahí o el amigo que tiene un conocido que pasó por ahí y lo drogaron para robarlo. O inclusive, a las propias, algún robo, amenaza o la mera sensación de inseguridad al caminar por estos lugares. Todo esto es lo que origina ese miedo y a su vez deriva en soledad. La soledad de no mirar ni pararse a escuchar a nadie. 

Vereda La Miel, Caldas

El campo, al menos para las personas citadinas, siempre ha sido una oportunidad para reconectar, para respirar aire fresco y tener un rato de soledad. Pero en La Miel, lugar que se encuentra rodeado de pura naturaleza, esta soledad es diferente. Nos hace apreciar un poco más la inmensidad del mundo y lo bonito que es donde habitamos. Es común ver personas subir o bajar caminando para tratar de despejar la mente o reavivar su conexión con la naturaleza. 

Esta soledad es más bien por la tranquilidad; no están presentes el estrés ni la agitación constante de la ciudad. Lo que genera soledad en este tipo de lugares, quizás, es la admiración que sentimos frente a la resistencia de la naturaleza pese a la presencia humana, que resulta ser dañina. En el campo creo que hay en un dinamismo muy tenue: la hierba crece, el viento sopla, los insectos zumban... la vida sigue, pero de una manera tersa, tranquila, solitaria. 

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De la Urbe 2024

Especial periodístico Edificio Soledad

Redacción:

Juan Esteban Cabrera Quintero, Juan Andrés Fernández Villa, Laura Cortés Betancur, Ángela María Páez Rodríguez, Javier David Giraldo Arias, Sara Marcela Vanegas Cardona, Nasly Michel Torres López, Sebastián Torres Escobar, Daniel Santiago Vega Durán, Laura Manuela Cano Loaiza, Renata Taborda Franco, Juana Alzate Perdomo, José Manuel Holguín Arboleda y Santiago Bernal Largo.

Equipo De la Urbe

Coordinadores: Natalia María Restrepo Saldarriaga, Ximena Forero Arango, Maribel Salazar Estrada, Alejandro González Ochoa y Juan David López Morales.

Auxiliares: Juana Zuleta Betancur, Andrés Camilo Tuberquia Zuluaga, Laura Manuela Cano Loaiza, Daniel Santiago Vega Durán, José Manuel Holguín Arboleda, Valeria Londoño Morales y Santiago Bernal Largo.

Dirección del especial:

Juan David López Morales

Asistencia editorial:

Santiago Bernal Largo

Diseño e ilustración:

Jhojan Millán M. y Valeria Londoño Morales.

Asesoría gráfica:

Maribel Salazar Estrada

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