Soledades de todos los colores: conectarse desde las vivencias LGBTIQ+
Sebastián Torres Escobar / sebastian.torres2@udea.edu.co
23 de septiembre de 2024
La soledad puede atravesar a cualquier persona, pero quienes la viven desde las disidencias sexuales y de género enfrentan otras experiencias de rechazo en sus entornos cercanos. Aunque muchas logran reconstruir sus lazos sociales en lugares más seguros y comprensivos, algunas no dejan de sentirse confrontadas por quiénes son.
Perla llegó a Medellín en 2019; desde entonces se ha acercado a la Red Popular Trans, donde ha encontrado nuevas amistades. Foto: Archivo personal.
Cuando Luca estaba recuperándose de la mastectomía, su tía le preguntó por qué se la había hecho. Ese día su mejor amigo se dispuso a acompañarlo y le respondió a esa tía: “¿Qué se hizo? Se quiso quitar los senos, normal. Vea como quedó de lindo”.
Luca tiene 22 años, hace más de 4 años que vive en transición y se reconoce como una persona no binaria transmasculina, es decir, por fuera de la dicotomía entre ser hombre o mujer y más allá de las características masculinas.
Su familia le ha dicho que no quiere que se sienta solo: “Pero es que la soledad me la están dando ellos también al no entenderlo, es muy paradójico”. Siendo pequeño se preguntó por qué su mamá le recomendaba usar sostén, veía que a sus amigos de cuadra no les crecía el pecho igual pero eso no le preocupaba porque todos jugaban a lo mismo.
Luca también cuenta que su papá es “en la calle es el mejor amigo de todas las maricas. Las ama. Tiene una amiga que es patrimonio cultural del barrio, se llama Casandra, que es la travesti más berraca. Pero, ¿por qué es tan difícil entender el proceso de su hijo?”.
Un informe de la Fundación Sergio Urrego realizado en 2022 encontró que, tras problemáticas como la ideación suicida, la ansiedad y el bullying que sufren las personas LGBTIQ+ hay “variedad de causas relacionadas con el contexto en el cual se mueven las personas, como lo son los entornos familiares en donde hay situaciones de rechazo, de momentos intensos de soledad”.
Entre quienes consultaron la Línea Salvavidas de esa fundación en 2022, el 35.6 % lo hizo por ideación suicida y el 46.6 % por otras razones relacionadas con salud mental. El informe puntualiza que los motivos más usuales de consulta para las personas transmasculinas son la discriminación (1.2 %) y la ideación suicida (0.7 %).
Otro informe, publicado en 2019 por el William Institute, recopiló los logros legislativos sobre la población LGBTIQ+ en Colombia. Pese a que tienen derechos patrimoniales y pueden contraer matrimonio, el informe dice que “siguen existiendo altos niveles de violencia y discriminación y un riesgo continuo de reversión de los derechos logrados.”
Karina tiene 21 años y es lesbiana. Cuando salió del closet su mamá la castigó y, aún así, le decía que estaba dispuesta a ayudarla con anticonceptivos o condones si alguna vez tenía novio. También se sintió desprotegida por su hermano, que la delataba cuando ella coqueteaba con compañeras del colegio y no la defendía de su mamá cuando la regañaba por hacer algo que él también hacía. En varias ocasiones Karina llegó a sentir que eso le impedía ser la hija anhelada e intentó que le gustaran los hombres.
Karina recuerda la soledad ocasionada por el rechazo de su familia, pero por sobre todo, logró conciliar la compañía que esperaba. Foto: Sebastián Torres.
Elkin Naranjo, periodista y director de la serie documental De leones y mariposas, explica que a quienes se reconocen desde la disidencia sexual se les enseñó la forma de amor heterosexual que a la vez se les prohíbe: “Crecemos con una idea muy clara de qué es [el amor] y experimentamos que no es para nosotros. Nunca tuvimos en nuestra infancia o juventud referentes de un amor posible y eso hace que el relacionamiento sea conflictivo. Todo el tiempo intentamos repetir esa idea y lo que termina generando es mucho dolor.”
Cuando Karina decidió hablar con su mamá esperaba que ella la comprendiera. Hasta ahora está tramitando el dolor que sintió en el lugar que creyó seguro. Recuerda que se sentía aislada e incómoda en reuniones familiares. Incluso, buscaba habitaciones vacías para estar sola: “Eso me hacía sentir mal, como si yo estuviera rechazando a mi familia. Pero no, tiempo después me di cuenta de que mi familia me rechazó, y yo la rechacé en respuesta a eso”.
Para Felipe Ortiz, psicoterapeuta que ha trabajado atendiendo personas LGBTIQ+, la soledad es experimentar una falta de conexión con el otro y una incapacidad para sentir alegría con la compañía de otras personas. “La desconexión con el otro tiene que ver también con no tener palabras para nombrar las cosas, lo que ocurre”, explica. Y dice que esto da lugar a situaciones agravantes de la salud mental como ansiedad y depresión.
Conectar para salvarse
Cuando Perla salió del closet en su casa intentaron agredirla. Antes de graduarse del colegio la echaron de su casa en Isla Margarita, Venezuela. Se fue a vivir con una amiga y desde entonces no habla con su familia. En 2019 decidió salir de su país. “Me dolió, pero no iba a quedarme a morir”, dice. En Medellín encontró mayor libertad para expresar su identidad y afecto, logró rehacer sus círculos sociales y se involucró en el activismo.
Perla se acercó a la Red Popular Trans, una colectiva fundada en 2017 en Medellín. Ahí encontró nuevas amistades y mayor compañía. No ha estado exenta de otro tipo de agresiones e incluso reconoce que dentro de la misma comunidad hay discriminación, como el racismo, y por eso es muy selectiva a la hora de decidir con quién relacionarse. Hoy siente gratitud de poder decir: “Llámalo placebo, llámalo cómo quieras, pero en mis amigas encontré el amor que mi familia no me dio”.
Elkin considera que las movilizaciones de la población LGBTIQ+ solo son posibles gracias a las redes de apoyo. Durante la epidemia de VIH/sida en los 80, algunas personas se aislaban y nadie sabía qué pasaba con ellas; eso evidenció lo frágil que podían ser las relaciones sociales cuando no se reconoce la importancia del cuidado del otro.
“De hecho, la primera organización LGBTIQ+ legalmente constituida se llamaba Amigos Comunes. Detrás de ese nombre está la idea de lo común, de lo parecido, que hace alusión a poder romper esa soledad más estructural y casi que heredada”, recuerda. También señala que la toma de espacios públicos como la marcha del orgullo son eventos donde por primera vez muchas personas pueden ver que hay otras viviendo como ellas.
El informe del William Institute muestra que en Colombia la mayoría de personas LGBT se sienten parte y están orgullosas de pertenecer a la comunidad. En particular, las personas trans se sienten más conectadas con su comunidad. Sin embargo, el 56.2 % de encuestadas considera que el área en la que viven no es buena para las personas transgénero y el 37 % dice lo mismo respecto a lesbianas, gays y bisexuales.
¿Qué tanto me entiendes?
En su experiencia de vida, Luca se ha preguntado por los estereotipos que ‘debe’ cumplir respecto a lo que se espera de lo masculino y de lo transmasculino. Por eso se ha sentido incómodo, incluso en círculos sociales con más personas LGBTIQ+. Ha sentido que no encaja en grupos de hombres cisgénero porque tienen un comportamiento patriarcal, pero en círculos LGBTIQ+ se ha sentido cuestionado por no someterse a una terapia hormonal.
Luca estudia comunicaciones y desde el enfoque trans y las luchas, ha entendido que no está solo. Foto: Camila Patiño.
“Aunque yo sienta que esa sea la gente que también me respalda y a la que quiero respaldar, la experiencia no es una sola. Entonces sí hay soledad, a menos que uno conozca a una persona que lleve su mismo proceso. ¿Qué tanto me entiendes?”, pregunta Luca.
El psicoterapeuta Ortíz recomienda que el primer paso para tratar una soledad perjudicial sea un buen diagnóstico que permita identificar cómo se lleva la persona con esa soledad y qué la causa. Luego “hay que pensarse un plan de intervención, uno que implique a la persona y que pueda recogerse en él, que pueda sentir y saber que le es útil y funcional.”
En una encuesta de percepción sobre salud mental hecha en octubre del 2023 por el Ministerio de Salud y Protección Social para la población general, de 3430 encuestados, 66.3 % declara haber enfrentado algún problema de salud mental, 70 % respondió que al ser atendidos por servicios médicos no son preguntados por su estado mental, el 40 % considera que la atención de salud mental del sistema es regular y el 34 % que es mala.
Aunque la OMS ya emitió una alerta sobre las posibles consecuencias de la soledad, aún no hay recomendaciones de cómo actuar. En Colombia no hay cifras oficiales que den cuenta de la cantidad de personas LGBTIQ+ que atraviesan la soledad, pero hay organizaciones que han ayudado a visibilizar las posibles causas de esta.
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Una de ellas es la Fundación Sergio Urrego, que se creó en 2015 en memoria de un joven con ese mismo nombre que “después de ser discriminado sistemáticamente por la rectora, veedora y psicóloga a causa de su orientación sexual, tomó la decisión de acabar con su vida”.
Para Karina la soledad que vivió no solo tuvo consecuencias como el trauma por el maltrato psicológico; también tuvo daños en su autoestima y en la seguridad sobre sí misma. Sin embargo, sabe que nada es su culpa y que confrontarse en la soledad y encarar la frustración a su orgullo y amor, la ha llevado a conciliar la compañía y comprensión que quería.
Luca sabe que hasta en espacios académicos hay soledad, pero estudiar Comunicaciones desde enfoques trans y hacer parte de vocerías le hace ver y sentir que no lucha solo, que puede apoyar a otros y que resistir rinde frutos: “Yo me fui a vivir con mi abuela cuando me operé, en mi casa cada quien es por su lado y allá iba a ser más fácil. Ella vio mientras me recuperaba, cómo me trataban quienes me visitaban y empezó a entender, a veces me trata de ‘él’ porque así lo hacen mis amigos”.
A Perla se han acercado personas durante reuniones a decirle que en su expresión política encuentran compañía. Para las tres personas, la soledad ha sido una experiencia en su camino de identidad de género y sexual, pero enfrentarse al rechazo nunca pudo quitarles la corazonada de ser humanos y la búsqueda de verdadera compañía.
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Ninguna persona merece sentirse sola, discriminada o violentada. Si te sientes así puedes acudir a la Línea Salvavidas donde te brindarán psicorientación, asesoría jurídica y seguimiento de caso: (+57) 311 766 8666. La Fundación, además de concientizar y velar sobre la discriminación escolar, ayuda a la prevención del suicidio.